Cuarteto de Nos, presentan su sencillo doble “Miren para allá!”, integrado por las canciones “El perro de Alcibíades” y “Cara de nada”, primeros adelantos del próximo y esperado nuevo álbum del Cuarteto.

Las letras de ambas canciones integran un retrato de elementos sociales que parecen haber acompañado a las sociedades desde sus inicios y que, sin embargo, hoy se muestran actuales y contemporáneas: el desvío intencionado de la atención, el bombardeo de estímulos superfluos para ocultar lo importante, y la saturación que deja a muchos escondidos tras el silencio de quien ha visto tanto que ya no se interesa por comprender nada más.

Ambos temas llegan acompañados por videoclips ilustrados y animados, con estéticas propias que empiezan a mostrar el universo visual de esta nueva etapa de Cuarteto de Nos, conservando la acostumbrada ironía y la inteligencia rebelde de la banda.

El primer corte de Miren para allá! desarrolla, con su sonido potente y elementos discos integrados con el rock, una historia basada en una leyenda griega. Así lo relata Roberto Musso, cantante, figura principal y compositor de los temas.

“Alcibíades, un mandatario aristócrata que se paseaba por la Atenas del siglo V con un magnífico perro del cual todos admiraban su sublime porte y su espléndida cola, un día ordena antojadiza e inexplicablemente que se la amputen, desatando un gran escándalo entre todos los ciudadanos.

Por ese acto recibió un aluvión de críticas y comentarios reprobatorios pues nadie entendía por qué había tomado una decisión tan drástica, cruel y de mal gusto. 

Todos lo vituperaban, pero él, muy calmo y risueño, comentó a sus allegados que, mientras la gente hablaba de la amputación del rabo, no reparaba en cosas peores concernientes a su gobierno que, con esta estrategia de distracción a modo de cortina de humo, lograban pasar desapercibidas”.

En el segundo corte, se presenta un personaje que no hace “ni un gesto que le delate” y que vive tras una máscara que le sirve de refugio. Así lo describe Roberto Musso:

 “Cara de nada” está cansado, aburrido y hastiado de ver colas cortadas en infinidad de situaciones, pero esa saturación y sus emociones contenidas las procesa por dentro sin que esto afecte las facciones inmutables de su rostro. 

A él le es indistinto el humo o el fuego, ya no puede ni le interesa distinguir entre ambos, y menos aún volver a mirar para otro lado, porque a esta altura de su desencanto, los efectos de la cola cortada de cualquier perro terminan resbalando en su indiferencia.

La treta de Alcibíades no funciona con “Cara de nada”, y a ninguno de los dos le importa.

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