La desnudez instrumental de “21 DE ENERo” ambienta la fragilidad y las contradicciones de la adolescencia.
En palabras de su autor, «‘21 de enero’ habla de la adolescencia, de lo que se desprende de ese término: adolecer, doler, transformarse, pasar de la niñez a la casi adultez en un puente eterno donde todo es muy intenso y pareciera que no hay un mañana ante los sentimientos más sencillos o los más complejos (…) En lo que me inspiré es en la imagen de un adolescente que para poder sobrevolar esa transformación tan complicada y transitar por eso, además de tener ayuda de su familia y ayuda médica calificadísima, se aferró a los libros, a las películas, a las series, a dibujar, a armar un reflejo de sí mismo; como una bitácora para poder botar todas o gran parte de las energías ahí«.