Reporte: Lizet y Gabriela Díaz Chacon.

Fotografia: Emmanuel García / Wuanda Suárez.

La gente estaba entusiasmada desde el inicio del evento, se podía sentir la energía de quienes esperaron por este magno concierto. Ya que la última edición que se había realizado fue en el 2019.

Los tres escenarios magistralmente colocados y esperando a los distintos grupos que se presentarían evocaban energía y estaban listos para iniciar.

Algunos de los que iniciaron fueron Plano que nos hipnotizó con su teclado y sonidos; Miranda Santizo que con su baile encanto al público, Pahua con su estilo ecléctico, Yoss Bones que lleno de energía el escenario; entre otros.

El día continuó entre risas, expectativas y música ininterrumpida con The Change, Saint Motel, Yellow Days que inundaron con distintos sonidos y gustos diversos.

Saint Motel, una de las bandas más esperadas canto éxito tras éxito provocando el revuelo entre el público, además de que el vocalista interactuó directamente bajando del escenario.

Youngblod llego al escenario cuando el sol ya estaba calmando su intenso reflejo, prendiendo al público con su extrema energía, en un momento ondeo la bandera de nuestro país y la envolvió en su cuerpo, ganando aplausos gritos y la ovación del público. Youngblod, el chico influenciado por Ozzy Osborne, el chico de los ojos de vampiro logro enamorar a las masas.

El duo de Polo & Pan inició con la gente extasiada ya por todo lo anterior, y magnetizaron con su escenario lleno de luces y animaciones, al final de su presentación, la ovación fue vibrante.

Purple Disco Machine lleno de música electrónica el ambiente de la fundidora. Sus éxitos sonaban a través del viento e hicieron que la gente enloqueciera de alegría.

La vida en la fundidora se podía ver y sentir; montones de jóvenes disfrutando, bailando, tomando fotos y videos. Algunos descansando en grupo sentados o acostados en el pasto, disfrutando de la música que seguía vibrando.

Al final llegaron los tan esperados Jungle, los británicos que bailando sobre el escenario provocaron que el ritmo llenara las venas de los espectadores y los pusieron a bailar. Encantaron al público con varios de sus éxitos y dominaron el ambiente dando un espectáculo fenomenal.

Kahalid comenzó inmediatamente después provocando éxtasis visual con sus bailarines. Un detalle que el público amo es que el cantante portó una playera de la selección mexicana.

Finalmente, después del éxtasis de la noche llego por fin Lorde, la artista que muchos esperaban, con luces reflejándola y bajando de una estructura de escalones que tenía movimiento y permitía que uno la viera desde distintas perspectivas. La hermosa neozelandesa con su encanto, su sonrisa, su baile y su música fueron la cereza perfecta del evento.

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