El Domination se destaca por una mezcla de bandas que, a pesar de no encontrarse ya en su época de auge, aún tienen fieles seguidores que trascienden generaciones, junto con agrupaciones más recientes que se asemejan en cuanto a lo alternativo. La diversidad de géneros es algo que atrae y agrada a la gente, al igual que los pequeños performances que siempre pueden disfrutarse en un festival, los puestos de mercancía oficial y también marcas de ropa nacionales que venden por su originalidad y calidad.

Cabe mencionar que en esta ocasión me sorprendió el servicio de sanitarios, ya que durante todo el concierto estuvieron limpios, se entregaba papel y había lavamanos con jabón y con que secarse. También, se colocaron centros de hidratación gratis que previnieron insolaciones para muchos.

En cuanto a lo gastronómico, había suficiente variedad de comida a precios razonables. Uber puso carpas con estructuras que permitían un óptimo descanso del sol que, por unas horas, fue un poco abrazador.

El uso de pulseras como control de pago, fue una inteligente inversión para evitar robos y facilitar las compras, puede decirse que no faltó seguridad en el evento. La organización de la logística ofreció una experiencia que valió la pena sin lugar a dudas, gracias a Domination MX  y Ocesa, entre otros.

Las bandas ofrecieron un show que cautivó al público, gracias a una combinación de sonidos pesados y al mismo tiempo melódicos, que demuestran una buena técnica y un gran talento. Su interacción con la audiencia siempre ayuda a elevar la emoción de los fans llevándolos a entonar sus canciones, gritar, hacer mosh pits etc. Y en esta ocasión no fue la excepción. Por supuesto, hubo algunas agrupaciones que crearon un gran show a partir de lo teatral y juegos de luces, lo que entretuvo y dejó satisfechos a los espectadores.

Para ser la primera edición de Domination MX  esta rebasó las expectativas, dejándonos con una gran experiencia y con ganas de más para el 2020.

Fotos: cortesía Ocesa y Enrique Rojas

 

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