Tuvimos la oportunidad de platicar con Jake Xerxes Fussell, cantautor originario de Georgia en los Estados Unidos, quien desde su casa en Carolina del Norte nos contaba sobre su más reciente material “When I’m Called” y de su próxima gira por Estados Unidos y Europa. 

Una plática muy amena con este gran artista quien con su historia nos lleva a través de sus viajes musicales y se convierte en un gran expositor del género Folk.

Les dejamos la entrevista a continuación:

Me gustaría poder empezar desde el principio y que nos contaras cómo fue el inicio tu proyecto musical.

Cuando era un niño creciendo en Georgia, EUA, tuve la fortuna de que mis padres estuvieran involucrados en el folclore. Crecí rodeado de mucha gente de ese mundo, incluidos músicos un poco mayores que tocaban música tradicional y folclórica. Mis padres tenían algunos amigos que grababan a estos músicos, así que fui afortunado de poder estar en ese entorno desde pequeño. Siempre me interesó la música; de niño tocaba la batería, y cuando tenía alrededor de 12 o 13 años, me interesé mucho en tocar la guitarra, convirtiéndose en mi verdadera pasión. Al crecer rodeado de estos músicos y tener contacto directo con ellos, sabía que tenía un gran recurso a mi disposición. Alrededor de ese tiempo también me interesaron mucho las grabaciones de los años 20 y 30 del mundo del folclore, así que todo eso se unió al mismo tiempo cuando era adolescente. Así es como empezó mi camino en la música y pude empezar a grabar mi propia música después.

Estaba leyendo que mucha de la inspiración de tu música viene de tus viajes, las ciudades que has visitado y algunos lugares donde has estado. Creo que esa es la raíz del folclore, que nos puedes contar sobre esto. 

Es interesante porque en este disco en particular me di cuenta de que muchas de las canciones hablan sobre viajar, no fue algo intencional. Quizás sea porque he viajado mucho en los últimos años, tocando música y estando de gira. Mucha de la música que toco tiene un sentido de lugar, y creo que eso simplemente tiene que ver con el mundo del que vengo, el mundo del folclore tradicional. Mucha de esa música está arraigada en la historia de una región en particular, especialmente en la región donde crecí, que es el sureste de Estados Unidos.

Sabemos que pronto (12 de julio) tu nuevo álbum va a salir ¿qué nos puedes contar sobre este nuevo material y que esperas que la gente sienta al escucharlo?

En muchas maneras, este disco es una continuación de mis primeros cuatro álbumes, manteniendo la conexión con la música tradicional, pero dándole mi propio toque. En este disco en particular, sin intención, inyecté más emoción. Para mí, para poder tocar una canción, tiene que sentirse bien; debo tener una conexión emocional con la canción. Una vez que eso sucede, todo lo demás empieza a tener sentido, como la letra, que busco que esté asociada con cierta canción. Esa es la parte divertida: construir la música alrededor de esa letra. Si yo tengo una conexión emocional con la canción, siento que alguien más también podrá conectarse. Lo que espero que la gente se lleve de este disco es que lo encuentren interesante y se puedan conectar emocionalmente. Creo que hay muchos temas en este disco con los que todos nos podemos identificar de alguna manera: sentimientos de pertenencia, ser simplemente una persona en el mundo preocupada por el futuro, y cosas por el estilo. Espero también que la gente sienta, al escucharlo, que pueden conectarse con algo y que no están solos.

Recientemente acabas de sacar una canción “Gone to Hilo” y nos está llevando a un viaje a Hawái ¿que nos puedes contar al respecto?

Eso viene de un género musical llamado «sea shanty» (Saloma) de los años 1800, de los barcos y la gente que trabajaba en ellos, navegando por el Atlántico, el Pacífico y parte del Golfo de México. Siempre me han interesado ese tipo de canciones porque representan un intercambio entre Europa, Estados Unidos y otros lugares. Esta canción en particular la escuché en un par de grabaciones de Paul Clayton, un cantante de Massachusetts que grabó muchas canciones de ese tipo en los años 50, y de los Hermanos Clancy, un grupo irlandés que hizo una versión de ella. La tuve en mi cabeza durante muchos años y empecé a tocarla y arreglarla un poco. Es una canción un poco misteriosa en cuanto a su origen «Hilo» podría ser una mala pronunciación de Hawái o también puede ser una ciudad en Perú. Ese misterio me llamó mucho la atención. Es una canción interesante y estoy feliz de haber tenido a algunos amigos que pudieron grabarla conmigo, como Blake Mills (guitarra) y Robin Holcim.

Regresando al álbum ¿qué nos puedes contar del arte de la portada del disco?

Fue hecho por un amigo, Kevin. Nos conocemos desde hace algunos años y solíamos salir bastante. Recientemente, ha trabajado mucho con cerámica y arcilla, y tenía algunos dibujos de hace algunos años. Me gustó mucho una imagen de un vaquero en su caballo cuya cabeza está totalmente al revés; se me hizo muy interesante. Mi amiga Julian Alexander, que vive cerca de aquí, añadió algunos colores, ya que los bocetos originales eran en carbón sobre papel. Pensé que sería interesante agregar algo de color, y la verdad es que me gustó mucho el resultado final.

 Pronto tienes un tour bastante ocupado por varios lugares de Estados Unidos, en la costa este y oeste, e inclusive en Europa ¿Como te sientes al respecto?

Sí, estaré viajando por el este de Estados Unidos. A finales de este mes voy a Nueva York, luego estaré en Nueva Inglaterra, Virginia y Maryland. En julio, estaré en la costa oeste, en California, Oregón y Washington. Creo que también tengo un show en Vancouver, Canadá. Después de eso, regresaré a casa por un tiempo, y en otoño iré a Europa, principalmente al Reino Unido, pero también estaré en París, los Países Bajos y creo que tengo varios shows en Bélgica. Luego regresaré a casa y tengo un par de conciertos en Luisiana. Básicamente, así será mi año. Espero poder regresar a México algún día; no he ido en muchos años y me encantaría. Si alguien conoce a alguien que me pueda ayudar a organizar un concierto allá, dígame.

¿Hay algún lugar o ciudad que no hayas visitado aún que te encantaría visitar?

Es una buena pregunta. Sí, sigo en comunicación con gente de Australia y me interesaría mucho tocar allá. Me encantaría tocar en Japón algún día. A través de Instagram, algunas personas que son fans de mi música me escriben desde Japón diciendo que les encantaría que fuera, pero la verdad es que está muy lejos. Me encantaría ir a México; he estado en México un par de veces. Cuando estaba en la universidad, pasé un verano allá y me la pasé increíble. Estuve en Cuernavaca, pero no he ido en muchos años y me encantaría tocar allá. Es uno de mis países favoritos.

Si me permites hacerte otra pregunta, el año pasado hiciste una residencia, en donde tocabas cada miércoles por todo un mes. ¿Cuál es la diferencia principal entre hacer una residencia y hacer una gira?

La verdad fue muy divertido. Me encantaría poder hacer más de eso porque, aunque me encanta viajar y tocar para la gente, y disfruto mucho de la experiencia de viajar, desde mi punto de vista es muy interesante y gano bastante al hacerlo. Pero, la verdad, es muy cansado hacer un tour y termino desgastado al final. Creo que quiero quedarme en casa por más tiempo, pero es difícil. Tengo un hijo de 3 años y mi pareja, y sé que es complicado. Me encantaría poder quedarme en casa por más tiempo, pero también quiero tocar. Me di cuenta de que hacer una residencia es una buena idea; no es muy sostenible hacerlo todo el año, porque tienes que salir y tocar en diferentes lugares, pero fue algo que surgió justamente de la idea de tocar en un lugar pequeño cada semana por un tiempo. Además, busco algún amigo que pueda abrir mi show, apoyarlos, pagarles y promocionar su música. Realmente fue muy divertido. Lo hicimos en un club llamado The Cave, un lugar pequeño e íntimo, perfecto para tocar. Ese tipo de shows es como mi trabajo soñado. Me encantaría tocar más en ese tipo de lugares en lugar de grandes teatros. Cada tipo de show tiene su propio encanto y son grandes experiencias de distintas maneras, pero me encantó estar en un lugar íntimo con un grupo de gente que realmente está presente. Fue algo muy divertido, pero fue muy corto; solo duró un mes.

La verdad creo que es un gran concepto, probablemente lo puedes hacer una vez al año o dos al año…

Varios artistas de jazz solían hacer ese tipo de residencias; era más común hace mucho tiempo. Para mí, tiene sentido si tocas en un lugar pequeño, aunque debes asegurarte de ganar dinero. El lugar debe ser lo suficientemente pequeño para mantener la intimidad, pero con suficiente espacio para el público. Me encanta la idea de explorar y hacer más de eso.

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